Esa mañana se levantó desafiante,
su sonrisa quería terminar con todo lo que la perturbaba.
No le nacía ningún sueño,
se quitó aquel saco que tanto le pesaba,
se le escapó el dolor por un agujero
y asi de fácil decidió no esperar nada.
De pronto estaba tan liviana
que el sol le hizo más grandes los ojos tan pequeños.
Tomó el amor de la mano
y se lo llevó puesto
y en cada paso la primavera le floreció en los besos.
dejó las lágrimas para otra vida
y guardo la ilusión en un te quiero.
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