Ni el lagarto con su bocaza como tren,
ni el tiburón con su doble hilera de dientes,
ni el león con su rugido y su furia
se comen al mundo..
Ni Dios con su cielo
ni el Diablo con su infierno..
Sólo el hombre
con sus dientes recién blanqueados y sin filo,
su risa falsa,
su traje de bestial ignorancia
y su maldad siempre último modelo.
El hombre con su panza laberíntica..
El hombre se come al mundo