Trazos.

Los trazos de mi vida

siempre fueron montañas

que costaba subir por empedradas

pero nunca me detuve

aunque me derrumbara.

Mi corazón siempre por delante.

Inocentemente ciego,

generosamente loco!!

que en su afán de dar y darse, en su ignorancia

solo supo y sabe amar con verdad.

sábado, 4 de febrero de 2012

Por que tengo que vivir.

Creo que he sido un mal sueño desde que nací, algún escupitajo en la cara de quien intente interpretarme. Mirando todos mis agujeros puedo reconocerme dividida en mil partes y ninguna de ellas hoy vale la pena para mí.
Hay días en que me odio bastante y mi odio hace que las lágrimas se retuerzan en mi estómago. Si pudiera vomitar tal vez, tal vez me sentiría más feliz.
Pero tengo que continuar construyendo aún con los codos, entregando mi sonrisa a quien lo necesita, olvidándome de mí, de las jodidas y miserables cuestiones que me patean el trasero, no porque sea una mentira ...sino porque tengo que vivir.

Visitas mortales.

 La vida se me está decolorando, no me gusta la muerte cuando está tan cerca olfateando mis pasos, da señales esperando que la salude y hasta me guiña un ojo. Entonces le hace cosquillas a mis venas porque sabe muy bien que aún no podrá llevarme.
 Me obliga a apilar cadáveres y eso ya me está cansando. Comprendo que en parte esto es la vida, lo que me aterra es esa anestesia que uno siente después de que ella nos a besado tantas veces, llevándose todo lo que nos quiere.

Irme.

Me gusta caminar aunque mis pies se cansen, mi cabeza pareciera reposar en el viento y si miro al cielo resulta que no está tan lejos. ¿ Como dejar estos verdes tan verdes?, los Sauces, los Pinos, los enormes Eucaliptos y la gente que me saluda cada mañana y conoce tan bien mi historia.Hubiera deseado que mis hijos crecieran aquí como yo crecí y crezco todavía, sin demasiadas comodidades pero con ese gusto de la libertad en la boca que hace más brillante la sonrisa.
Cómo  abrir la puerta y no encontrar el peculiar sonido del viento que en mi casa rodeada de árboles suele ser tan distinto a las demás casas, los frutos del avellano, del nogal, el dulzor de los jazmines, el palo borracho mostrando su costado más gordo , sus espinas tan duras y su muestrario de colosales flores que hacen una alfombra tan mullida para mis pies descalzos. Todo sabe a rico, todo huele bien cuando uno está por irse.
Dejar todo esto es como dejar una parte de mí, una gran parte que no puede explicarse.... la noche con sus misterios, sus nubes o estrellas y yo caminando mi soledad en medio de la avenida rodeada de los autos parpadeantes y luego las calles vacías, obscuras, inmóviles, los grillos gritando descaradamente tu nombre y los pájaros, Mis pájaros que despiertan conmigo y me reciben cada día y me acompañan en este lugar tan, tan mío.

Libre.

Suelta tus amarras,
traspasa esas rejas apretadas que te sostienen.
Olvídate de los argumentos, 
de las reseñas históricas y cáusticas,
de los mecanismos de defensa.
Que tu pensamiento no se encajone, que se altere
¡que vibre y fluya! Que siempre nazca nuevo.
Aún quisiera estar allí cuando seas realmene libre
y no haya nada que limite tu vuelo...
ni siquiera mis alas.

Canción emergente.

Das un paso adelante y dos atrás,
encerrado en esa jaula que aprendiste a amar.
Odiando todo lo que está afuera,
no sea que por amarlo aprendas a volar...
no sea que por amarlo aprendas a volar!

Para que está el mundo si no lo atraviesas,
para que los sueños si no buscas hacerlos realidad.

Intentas desatarte de la libertad
sabes cuanto su sabor te va a gustar.
Tienes tanto miedo de estar vivo
que te mueres mordiendo pa' morirme contigo.
Que te mueres mordiendo pa' morirme contigo.

Para que está el mundo si no lo atraviesas,
y para que el amor si no lo dejas, si no te dejas amar.

De este lado de la jaula yo te espero,
no voy a detenerme hasta verte ligero.
se muy bien cuanto cuesta dejar de estar preso.
Y aunque no sea conmigo , sabes cuanto te quiero.
y ojalá sea conmigo, sabes cuanto te quiero.
                                                      Daniela Tomé.

Prefiero a los locos, los ordinarios bastardos que no temen al olvido, los que se sientan solos por haberse atrevido alguna vez a tanto. Los que no aprenden a esperar porque no pueden planificar más que su desesperada urgencia de vivir, a pesar de todo
Los que no guardan silencio porque el silencio los rompe en pedazos, de esos seres que están llenos los cementerios ...y el purgatorio


Acto suicida.


Borracha del dolor , sus pies caminaban extraviados, cada rueda de auto era un imán, una nueva tentación. Se mordía los labios sin entender que sangraban, solo para detener las lágrimas que amenazaban con llover esa noche. El frío era ingobernable, aterrador. Eran tan fuertes las ganas de detenerlo, de irse a cualquier lugar en donde no estuviese viva. Siempre llegó tarde a todos lados, también a él. Siempre tarde con sus sueños, con las ganas y ahora el amor, tan herida, tan llaga amenazando desde dentro con perpetuarse en su alma.
Sus pasos se acercaron a la puerta que sus manos autómatas abrieron. Subió lentamente por la escalera, mientras cada escalón le pesaba más y más en el pecho. Llegó a un pasillo, luego otra puerta, pero solo veía el balcón que ansioso la aguardaba. 
La cornisa le sabia a miel a desagravio, algo la impulsaba a ir más y más abajo...tan abajo. Se sentó allí con los pies colgando, un movimiento pendular la serenaba, iba y venía de atrás hacia adelante, de adelante hacia atrás y sus ojos ya helados vieron todo moverse de repente....velocidad....velocidad, los latidos se expandían en su cabeza. Cerró los ojos antes de estrellarse contra el piso.
Luego gente corriendo y más gente....pero ella ya no era nada, tampoco dolor.