La vida se me está decolorando, no me gusta la muerte cuando está tan cerca olfateando mis pasos, da señales esperando que la salude y hasta me guiña un ojo. Entonces le hace cosquillas a mis venas porque sabe muy bien que aún no podrá llevarme.
Me obliga a apilar cadáveres y eso ya me está cansando. Comprendo que en parte esto es la vida, lo que me aterra es esa anestesia que uno siente después de que ella nos a besado tantas veces, llevándose todo lo que nos quiere.
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